10 Reglas de Oro
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Procure que su hija haga méritos para obtener las cosas, de este modo quedará pensando que la vida no le debe todo. No diga malas palabras delante de ella, y aún cuando ésta las diga, no se las celebre. Invítela a que use palabras más cordiales. Enséñela a expresar su enojo o inconformidad sin necesidad de recurrir a términos grotescos.
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Incúlquele a su hija valores y principios que susciten la solidaridad, la justicia social, el respeto mutuo y el amor patrio.
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Reprenda a su hija cuando incurra en algo mal hecho, o cuando quebrante una regla. Repréndala por su mala conducta, explicándole el por qué le está reprochando; señalando el hecho en sí. Evite ofenderla con calificativos despreciativos y que la ataquen como persona. Por ejemplo: odiosa, grosera. Etc. Por el contrario, haga una afirmación positiva de su hija; ratifíquele que usted la quiere y que puede contar con usted. Por último señale y determine cuál es la conducta que en lo posterior espera de ella; también a lo que se expondrá si no llegare a cambiar.
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Déle a su hija responsabilidades razonables y adecuadas. Desde temprana edad responsabilícela de sus objetos personales. Disponga un sitio para cada cosa y evite en lo posible recogerle los libros, los zapatos, los juegos o la ropa. Enséñele a responder por sus actos, así aprenderá a responsabilizar de sus actos a otros.
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Procure estar al tanto de lo que lee su hija. Oriéntela y estimúlela para que se haga amiga de los buenos libros, puesto que son ellos los mejores maestros.
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Evite las peleas y discusiones frente de sus hijos. Si llegare a hacerlo, siga los pasos que se deben tener en cuenta en estos casos: queda prohibido tener actitudes extremas. Si llega a perder el control debe alejarse. Discuta una sola cosa a la vez. No profiera amenazas terminales: no toque el cariño o afecto que siente por su pareja o con quien discute.
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Déle a su hija solamente el dinero que necesite; no le pague por los mandados u oficios que realice.
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Satisfaga adecuadamente los deseos de su hija en materia de comida, bebida o comodidad en la medida de sus capacidades; ceder a todos sus caprichos y antojos, sólo logrará convertirla en una persona intolerante y voluntariosa. Recuerde, se valora verdaderamente aquello que nos representa algún esfuerzo.
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Enséñela a respetar las figuras que representan autoridad, haciendo usted mismo lo propio. Llévela a comprender que sólo tiene derechos quien cumple con el deber. Bríndele todo el apoyo necesario, pero analizando objetivamente los derechos sin dejarse manipular por ella.
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Si su hija se mete en problemas serios, es el momento de analizar la forma como la ha venido educando y orientando, y de empezar a plantear correctivos. No se disculpe diciendo yo nunca pude con esta niña, ello implicaría aceptar el fracaso.